Manejo de sangre del paciente: un nuevo estándar de atención

La transfusión de componentes sanguíneos es uno de los procedimientos médicos más realizados en todo el mundo. Aunque puede salvar vidas en muchas situaciones críticas, también conlleva riesgos como: infecciones, complicaciones respiratorias e inmunomodulación, que pueden aumentar la morbilidad y la mortalidad de los pacientes. Por lo tanto, los enfoques para reducir el número de transfusiones innecesarias son de gran interés para mejorar la seguridad del paciente.

¿Cómo podemos optimizar el manejo del sangrado perioperatorio?

El profesor Thorsten Haas, director del programa de gestión de la sangre del paciente (PBM) en el Children’s Hospital de Zúrich, Suiza, explica el concepto de PBM, un enfoque multidisciplinario basado en la evidencia para individualizar la atención del paciente recomendado por muchas sociedades médicas. “Los objetivos de PBM se centran principalmente en el paciente”, dice el profesor Haas. “Nuestro objetivo es utilizar el control de sangrado específico en el punto de atención para minimizar el uso de productos sanguíneos y mejorar los resultados de los pacientes”.

Evitar la transfusión de sangre puede ser muy sencillo. “En algunos casos, simplemente suplementar con hierro a un paciente preoperatorio que padece anemia por deficiencia de hierro puede eliminar la necesidad de una transfusión”, comenta el profesor Haas.

Las transfusiones innecesarias también pueden reducirse mediante el uso de concentrados de factores de coagulación específicos en lugar de componentes sanguíneos como el plasma. La administración de componentes sanguíneos no solo está asociada con riesgos potenciales, como lesión pulmonar aguda y sobrecarga circulatoria, sino que también requiere mucho tiempo.

El fibrinógeno es a menudo la única deficiencia que necesita ser tratada

El fibrinógeno, una proteína necesaria para la formación de coágulos, es el primer factor que se vuelve deficiente durante el sangrado perioperatorio y, a menudo, es la única deficiencia que debe tratarse. “El concentrado de fibrinógeno permite la administración de una dosis precisa para alcanzar el nivel objetivo deseado, está disponible de inmediato y tiene un perfil de seguridad realmente excelente”, confirma el profesor Haas. “En pacientes sangrantes con hipofibrinogenemia, la administración de concentrado de fibrinógeno es siempre nuestra primera opción”.

Aunque BPM es un enfoque relativamente nuevo y en evolución, se espera una mayor adopción en todo el mundo debido a los beneficios que ofrece tanto para los pacientes como para el hospital, incluido menos desperdicio de productos sanguíneos, estancias más cortas en la UCI y en el hospital, y costos de atención médica reducidos.


Fuente: https://www.octapharma.com

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